Lo primero indicar que ambas sustancias han sido muy usadas en aislantes térmicos, como sustancias refrigerantes, propelentes para aerosoles, agentes extintores y en disolventes, entre otros usos.
Los CFC o clorofluorocarbonos son gases inertes derivados de los hidrocarburos saturados, obtenidos mediante la sustitución de átomos de hidrógeno por átomos de cloro y flúor. Se producen por síntesis industrial (no tienen fuentes naturales de emisión) y se degradan con dificultad. Una vez emitidos permanecen en la atmósfera durante entre 50 y 100 años.
Su degradación se produce cuando se combinan con el ozono de la estratosfera, en condiciones de frío y luminosidad. En esta reacción química el ozono se destruye y se liberan átomos de cloro.
Debido a su alta toxicidad, a su permanencia en el medio ambiente y a que destruyen la capa de ozono de la estratosfera (que nos protege de la radiación solar ultravioleta), su fabricación y uso fueron prohibidos y se buscaron otras sustancias que pudieran sustituirlos.
Así surgieron los gases HFC o hidrofluorocarbonos, que son un tipo de gases fluorados. Los gases fluorados no dañan la capa de ozono, pero han resultado ser gases de efecto invernadero. Son muy potentes, contribuyen al calentamiento global del planeta y por ello, al cambio climático.
Cointra tiene el objetivo de contribuir a la conservación del medio ambiente mediante la no emisión de contaminantes a la atmósfera, la reducción del consumo de agua y energía y el aprovechamiento de fuentes de energía renovables:
Por eso los termos eléctricos Cointra están aislados con poliuretano de alta densidad, libre de CFC y HFC, son compatibles con instalaciones de energía solar térmica y están dotados de sistemas de ahorro y de prolongación de la vida útil de los equipos.