La transformación del clima amenaza el bienestar de la población mundial
La mayor parte de la comunidad científica está de acuerdo en que el planeta se está calentando más deprisa que nunca y en que la causa es la actividad humana; principalmente la enorme cantidad de gases de efecto invernadero que estamos vertiendo en la atmósfera.
Este calentamiento global está produciendo cambios importantes en el sistema climático de la Tierra, con graves consecuencias no solo para los distintos ecosistemas, sino también para la población humana. La transformación no será uniforme, ya que algunas zonas se volverán más cálidas y otras más frías.
El aumento de las temperaturas medias en el planeta provocará una mayor frecuencia e intensidad de las sequías y las olas de calor, y como consecuencia, también de los incendios.
Las abejas y otros animales polinizadores verán alterado su comportamiento a causa de estos cambios, lo que afectará tanto a la flora silvestre como a los cultivos.
Las lluvias torrenciales, tormentas e inundaciones más intensas y catastróficas serán la otra cara de estos fenómenos, así como la desaparición del hielo en los Polos, que está provocando una elevación del nivel del mar. Entre 1901 y 2010 el nivel medio del mar ha subido 19 cm. Si sigue aumentando, algunas islas y amplias zonas costeras podrían desaparecer bajo las aguas, incluyendo ciudades enteras.
Todo esto supone una amenaza para el suministro mundial de alimentos y también directamente para la seguridad de las personas.
Respecto a la fauna y flora salvajes, el cambio climático podría extender muchas plagas de insectos a otras regiones del planeta. Los mosquitos transmisores de enfermedades como la malaria, el dengue, fiebre amarilla o chikunguña llegarían a zonas no tropicales que estaban libres de esta amenaza. Numerosas especies terrestres y marinas correrán grave peligro de extinción.
Es necesario y urgente tomar medidas para frenar el calentamiento del planeta, cuya causa principal son las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la actividad humana. Una de las formas de conseguirlo es sustituir los combustibles fósiles por energías renovables.
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